TE RECUERDO, AMANDA I Remember Amanda (VÍCTOR JARA, arr. by J. Baez) Te recuerdo, Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica, donde trabajaba Manuel. La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo, no importaba nada, ibas a encontrarte con él, con él, con él, con él, con él. Son cinco minutos, la vida es eterna en cinco minutos. Suena la sirena, de vuelta al trabajo y tú caminando lo iluminas todo, los cinco minutos te hacen florecer. Te recuerdo, Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel. La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo, no importaba nada, ibas a encontrarte con él, con él, con él, con él, con él, que partió a la sierra, que nunca hizo daño, que partió a la sierra y en cinco minutos quedo destrozado. Suena la sirena de vuelta al trabajo, muchos no volvieron, tampoco Manuel. Te recuerdo, Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica, donde trabajaba Manuel. Página anterior Página siguiente VÍCTOR JARA: Es una canción de amor de una muchacha y un obrero. Las condiciones de la lucha de la clase obrera son así... Esta muchacha pierde al hombre, porque éste obrero muere... Entonces, el amor adquiere otras dimensiones, convirtiéndose en drama social. En 1968, Víctor Jara fue invitado en calidad de exitoso director de teatro por el British Council a pasar una temporada en Inglaterra para observar el teatro que se hacía allí en ese momento. Mientras él se encontraba en Stratford-upon-Avon, en la celebración del Shakespeare´s birthday, en Chile su hija Amanda (nacida en 1965) caía enferma. La huelga de correos que tenía incomunicado a Víctor con su familia impidió que él conociera la noticia. Sentado en la cama de su hotel, y con un desbordante sentimiento de soledad y premonición compuso Te recuerdo, Amanda. JOAN JARA: La gente se pregunta si la escribió por su madre o por su hija. Creo que no la dedicó específicamente a ninguna de las dos, si bien contiene la sonrisa de la madre y la promesa de juventud de su hija. Al concluir la huelga de correos y enterarse de la enfermedad de Amanda, Víctor escribió a Joan una carta con la promesa de no volver a separarse: Nuestro hogar debe florecer con nosotros en su interior, nosotros dos y nuestras hijas, con todas nuestras limitaciones, virtudes y defectos, pero JUNTOS, cada uno formando profundamente parte de los demás, para que nuestras hijitas no teman al futuro, para que podamos prolongar nuestra felicidad todo lo posible, tratando siempre de dar lo mejor de nosotros mismos, pero sin volver a separarnos jamás.